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viernes, 19 de octubre de 2012


Una vez, temí que jamás
encontraría a alguien
a quien amar de verdad.
Quería alguien perfecto,
al menos para mí.

Una manera especial de hablar,
una forma sincera de escuchar;
sin temor de reír ni de llorar;
ternura y comprensión;
alegría y estímulo;
alguien que llenara mi corazón
de felicidad y amor.

Pero toda esa espera,

toda la soledad,
todos los momentos en que casi me rindo,
valieron la pena;

Y es verdad que los deseos se hacen realidad,
porque lo que siempre he deseado
no es un sueño...

eres tú,
llegaste a mi vida
y no te dejare ir.


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